La laxitud vaginal es la pérdida o disminución de la tensión en las paredes vaginales. Afecta a un gran número de mujeres, y trae consigo consecuencias tanto físicas, como funcionales y psicológicas. Esta disfunción está completamente ligada al suelo pélvico y sus funciones. El suelo pélvico son un conjunto de músculos y ligamentos situados en la parte inferior de la pelvis.
El suelo pélvico tiene 3 funciones principales:
Sostener: mantienen los órganos en su lugar, y aguantan el peso del embrión o embriones, durante la gestación.
Cerrar: evitando que se escapen la orina, los gases o la heces.
Complementar: Ayudar a mejorar las funciones sexuales, digestivas y durante el parto, a través de la fuerza y la contracción.
En mujeres que han tenido partos vaginales, se da casi de forma exclusiva la hiperlaxitud vaginal, especialmente si han sido varios y si han tenido bebés grandes.
No obstante, cualquier mujer que haya tenido un parto vaginal reciente incluso de un bebé pequeño puede padecerlo como mínimo de forma transitoria.
Toda esta sintomatología puede ir acompañada o no de incontinencia de orina o problemas de suelo pélvico.
Con el tiempo, nuestro cuerpo pierde la capacidad de crear proteínas de elasticidad y colágeno. En el caso de la vagina se añade el hecho de que durante los partos sufre una gran distensión que rompe muchas fibras tanto conectivas como musculares que luego no se reparan en su totalidad y que hace que no recupere su forma y tamaño original.
+ Preguntas frecuentes sobre laxitud vaginal
¿Cómo se diagnostica la laxitud vaginal?
Teniendo en cuenta que esta es una afección tanto anatómica como funcional, el diagnóstico de momento es subjetivo, y recae básicamente en las sensaciones referidas por la paciente.
La mujer que se nota la vagina más grande, ve afectada sus relaciones sexuales. Suele haber una disminución de la fricción durante el coito y con ello sus sensaciones y posiblemente las de su pareja.
Igualmente cuando a la exploración se percibe una apertura vaginal mayor, acompañada en muchas ocasiones de prolapsos vaginales incipientes, también se considera que existe hiperlaxitud vaginal.
¿Qué soluciones hay para tratar la laxitud vaginal?
El único tratamiento eficaz del síndrome de hiperlaxitud vaginal es el láser vaginal de CO2. Es un procedimiento sencillo que se realiza en consulta. Se aplica una energía láser moderada a la pared vaginal, que estimula y mejora los niveles de humedad del canal vaginal.
Esto da lugar a la remodelación de las fibras de colágeno y, con ello, a la recuperación de la forma y la flexibilidad. El procedimiento supone un alivio inmediato y duradero a través de un tratamiento indoloro, probado y no quirúrgico.
¿En cuánto tiempo se pueden obtener resultados del tratamiento de laxitud vaginal?
Prácticamente todos los pacientes sienten mejoría después de la primera sesión. Hay que tener en cuenta de que todo dependerá de la capacidad de regeneración del colágeno que tenga cada mujer. El número de sesiones variará según el grado de laxitud y de cada paciente.
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