La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina sin control del llenado y vaciado de la vejiga urinaria, acompañado, en ocasiones, de un fuerte deseo de orinar.
Resulta muy común en la población adulta, más común en mujeres que en hombres. La incidencia aumenta casi linealmente con la edad hasta ser considerada como uno de los síndromes geriátricos, tanto por su elevada prevalencia en mayores de 65 años como por el impacto negativo que ocasiona en el anciano que la sufre.
Se estima que el 50% de las mujeres, sea cual sea su edad o su condición, padece incontinencia urinaria en algún momento de su vida y que un 10% de ellas sufre pérdidas significativas regularmente.
Tipos de incontinencia urinaria
Incontinencia urinaria transitoria: Ciertos alimentos, bebidas y medicamentos pueden actuar como diuréticos, como el alcohol, la cafeína, las bebidas gaseosas, los edulcorantes artificiales, alimentos altos en azúcares, medicamentos para la presión arterial y el corazón, los sedantes y relajantes…
La incontinencia urinaria también puede ser un trastorno persistente causado por problemas físicos o cambios de fondo, entre ellos:
Los cambios hormonales y el aumento de peso del feto pueden provocar incontinencia de esfuerzo.
El parto vaginal puede debilitar los músculos necesarios para controlar la vejiga y también dañar sus nervios y el tejido de sostén, lo que lleva a que el suelo pélvico descienda (prolapso). El prolapso puede empujar hacia abajo la vejiga, el útero, el recto o el intestino delgado de su posición habitual, y hacer que asomen en la vagina. Dichas protuberancias pueden asociarse a la incontinencia.
Cambios a causa de la edad. El envejecimiento del músculo de la vejiga puede disminuir la capacidad de almacenar orina. Además, las contracciones involuntarias de la vejiga se vuelven más frecuentes con el pasar de los años.
Después de la menopausia, las mujeres producen menos estrógeno, una hormona que ayuda a conservar sana la membrana que recubre la vejiga y la uretra. El deterioro de estos tejidos puede agravar la incontinencia.
Histerectomía. En las mujeres, la vejiga y el útero están sostenidos por muchos músculos y ligamentos que comparten. Cualquier cirugía que involucre el aparato reproductor de la mujer, por ejemplo, la extracción del útero, puede dañar los músculos de sostén del suelo pélvico y producir incontinencia.
Agrandamiento de la próstata. Especialmente en los hombres mayores, la incontinencia a menudo proviene del agrandamiento de la glándula prostática, una afección conocida como «hiperplasia prostática benigna».
Cáncer de próstata. En los hombres, la incontinencia de esfuerzo o la incontinencia imperiosa pueden asociarse a un cáncer de próstata sin tratar. Pero más común es que la incontinencia es un efecto secundario de los tratamientos para el cáncer de próstata.
Obstrucción. Un tumor en cualquier parte de las vías urinarias puede obstruir el flujo normal de orina y ocasionar incontinencia por rebosamiento
Trastornos neurológicos. La esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, un accidente cerebrovascular, un tumor cerebral o una lesión medular pueden interferir en las señales nerviosas involucradas en el control de la vejiga y causar incontinencia urinaria.
+ Preguntas frecuentes sobre incontinencia urinaria
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento de la incontinencia urinaria depende del tipo de incontinencia, la gravedad y la causa de fondo. Probablemente se necesite una combinación de tratamientos. Si la enfermedad preexistente es la causante de los síntomas, el médico tratará esa enfermedad primero.
No obstante, el médico puede recomendar diversas pautas como por ejemplo:
El entrenamiento de la vejiga. Puedes comenzar tratando de contenerla durante 10 minutos cada vez que sientas la necesidad de orinar. El objetivo es prolongar el tiempo entre las idas al baño hasta que orines solamente cada 2,5 a 3,5 horas.
Orinar dos veces. Esto ayuda a aprender a vaciar la vejiga con el fin de evitar la incontinencia por rebosamiento. Orinar dos veces significa orinar, esperar unos minutos y volver a intentarlo nuevamente.
Programar horarios para ir al baño, es decir, orinar cada dos a cuatro horas en lugar de aguardar hasta tener la necesidad de ir.
Controlar los líquidos y la dieta. Es posible que sea necesario limitar o evitar el alcohol, la cafeína y los alimentos ácidos. Reducir el consumo de líquidos, bajar de peso o aumentar la actividad física también pueden aliviar el problema.
¿Cómo se puede prevenir la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria no siempre puede prevenirse. No obstante, para disminuir el riesgo, puede resultarte útil:
- Mantener un peso saludable
- Practicar ejercicios del suelo pélvico
Evitar alimentos que irriten la vejiga, como la cafeína, el alcohol y los alimentos ácidos
Ingerir más fibra, que puede prevenir el estreñimiento, una causa de incontinencia urinaria
No fumar o buscar ayuda para dejar de fumar.
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