Una revisión ginecológica consiste en:

1. Realización del historial clínico. 

Realizaremos un cuestionario con preguntas de todo tipo (sobre las menstruaciones, las mamas o actividad sexual).

2. Exploración física.

Se realiza en una camilla ginecológica en posición de litotomía (tumbada boca arriba, piernas abiertas). La exploración se llevará a cabo en la zona abdominal y pélvica.

Esta fase comprende distintos pasos:

• Primero se explora la zona vulvar, en busca de anormalidades o problemas, como las verrugas genitales del VPH, cambios de coloración pigmentaria, etc
• Después la zona vaginal con la ayuda de un espéculo, (instrumento con forma de pico de pato), se podrá observar el estado general del aparato reproductor externo.  El cérvix, él útero y los ovarios quedan fuera del alcance de este instrumento, por lo que se realiza un tacto manual. De esta forma se determina que la posición, forma y tamaño se encuentran dentro de la normalidad.
• El siguiente paso es la toma de muestra para citología cervical. Es la prueba más usada para comprobar el estado del cuello del útero. Se extrae una muestra de células que después son estudiadas al microscopio para detectar posibles problemas. 
• En ocasiones también se hacen colposcopias (un procedimiento que permite observar con muchos aumentos la vagina y el cuello del útero, en busca de posibles cambios sospechosos)
• Otra parte de la exploración física consiste en el examen senológico. A través de la palpación en la zona mamaria, axilar, areolar, clavicular y pezones se busca posibles formaciones, bultos o durezas.

3. Ecografía ginecológica.

Se trata de una prueba diagnóstica, sencilla segura e indolora, que consiste en la introducción vía vaginal (en algunos casos vía abdominal o rectal) de una sonda ecográfica que a través de ultra sonidos envía imágenes a tiempo real aportando información muy valiosa sobre el estado de los órganos reproductivos femeninos (útero, trompas de falopio y ovarios).